Delirio ana(r)coreta
Nos despoja de lo cierto el culto al mi, al tu.
Sólo el YOnos pertenece en plenitud;
todo lo demás se asemeja a las palabras,
que pertenecen al que las usa
hasta que otro las vuelva a robar.
Nos condena el culto al tiempo.
Creemos dominarlo con relojes y calendarios,
pero nos mira un paso más adelante
mientras desperdiciamos la certeza del hoy
en pos de un ilusorio mañana.
Nos aprisiona el culto al espacio.
Pretendemos que éste nos pertenece
cuando en realidad suyo somos.
Siendo la Tierra tan grande
¿por qué nacer y morir en el mismo lugar?
No pertenezco,
no perteneces,
no pertenecemos.
Soy contigo y sin ti.
Soy, eres, somos.